viernes, 24 de abril de 2009

Pingüinos

Al poco tiempo de llegar a España descubrí la manera de caerle bien, sin mentirle, a la mayoría de la gente.
Experimenté al principio con varias alternativas a la hora de abordar una conversación por primera vez con un desconocido. La primera fue mencionar lo antes posible en la charla el motivo de mi emigración. Tras un breve intercambio de saludos intentaba de la manera más natural posible decir que venía a estudiar a una universidad, becado. Yo creía, ingenuamente, que eso me daría más aceptación pero al poco tiempo me dí cuenta que los estudiantes extranjeros, especialmente los latinoamericanos, somos moneda corriente y hemos perdido el exotismo ya hace varios años.
Más tarde, y por un período muy breve, intenté utilizar la técnica futbolera. Es decir, pronunciaba la palabra Maradona lo antes posible, como si venir de su país me diera más crédito en materia deportiva y automáticamente me transformara en un gurú o algo así. En nada me dí cuenta de que la gente acá no adora a Diego, que sus pasos por el Barça o el Sevilla fueron sin pena ni gloria y que todos lo consideran (erróneamente, pobre) un cocainómano sin retorno.
Así fueron pasando los meses y yo sin dar con la técnica de seducción del habitante local. Incluso se me pasó por la cabeza aprender tango, que siempre gana. Pero no hizo falta porque un día ocurrió el milagro.
Un comentario al pasar que le hice a un compañero serbio lo cambió todo para siempre. Me fui corriendo a probar el truco con alguien autóctono... y funcionó. Supe instantáneamente que a partir de ese momento me podía meter a cualquiera en el bolsillo. Bastaba con que tarde o temprano mencionara las palabras mágicas: "en mi pueblo hay pingüinos".
Decir algo así en el hemisferio norte (donde NO HAY de estos bichos) provoca una sobredosis de ternura en el interlocutor, quien automáticamente cambiará su cara de escrutinio por una de embobado. Como un oso de dibujitos animados al ver un tarro de miel, exactamente así.
Entonces suele sobrevenir la pregunta: "¿pero habrá que viajar un poco para verlos, no?". Y entonces la estocada final: "No, a veces cuando vas a pescar aparece alguno, y sino a 5 min en kayak hay una isla con una colonia de miles de parejas". Redondos. Caen redondos al escuchar eso.

Muy probablemente haya utilizado (años ha) esta técnica con Trini cuando empezaba a "arrastrarle el ala". Al principio pareció dar resultados pero me fui dando cuenta de que como no se cuece en un hervor y sabe la fama que tenemos de mentirosos... nunca se lo terminó de creer del todo. Incluso al mostrarle fotos siempre me retrucaba que ella también había hecho un curso de photoshop. Entonces no me quedó más remedio que llevarla.

En nuestro viaje a la "Isla Pingüino", esta sí un poco más alejada de las costas de Deseado, vimos pingus de dos especies: Magallanes (a los que Trini visita en su casa) y Penacho Amarillo. De estos últimos nos encontramos con dos ejemplares completamente antagónicos: uno bautizado "Modelo" por su belleza, plumaje brillante y cuerpo esbelto y el otro "Moco" porque a pesar de ser pingüino estaba resfriado y en un estornudo casi me baña en pingumoco. Tan asqueroso como entrañable.
Desde aquí, para ustedes dos, Modelo y Moco, dondequiera que estén les queremos rendir un humilde pero sincero homenaje:

La verdad es que tras releer todo esto me siento injusto con otros animales del pueblo que también son muy dignos de ver en acción como las toninas, los cormoranes, los lobos marinos y el oso Walter. Lamentablemente quedan opacados ante la simpatía generalizada hacia el pájaro bobo pero merecerían igualmente que se los admirara porque son espectaculares.

7 comentarios:

Javi dijo...

Qué buena entrada!!! La primera parte me pareció algo "casciarística". En tu segunda opción, la de hablar de Maradona, ta´muy bien que te justifiques con que los catalanes no quieren al Diego, pero la realidad es que... DE FULBO NO CAZÁS UN FULBO!!!! (jeje)
Lo de los pingüinos, estupendo. Pocos bichos tan simpáticos y elegantes, tanto que a alguno que se pone un smoking le dicen "parecés un pingüino". Y encima inspiraron uno de los grandes inventos "argentos": la jarra tipo pingüino para servir "vino de la casa" en un bar de pueblo...

Trini dijo...

Esos pingus son la cosa más increible que he visto nunca, lo que más me ha sorprendido en mis 27 años de vida. Impagable el momento en que el pingüino estornudó... y dejó todo lleno de mocos a un palmo de Cris. Sólo les falta hablar.
PD: El oso-walter también es una especie muy graciosa de la zona (en peligro de extinción -sólo hay uno-) que merecería una entrada en la wiki :)

Anonymous dijo...

Si alguien ha visto los Simpsons, sabe que los delfines acabarán por invadir el mundo y someter a la humanidad. No os fiéis tampoco de los pingüinos, no creo que escondan buenas intenciones.

Yo no vi pingüinos en mi vida... es obvio que todo lo digo por pura envidia, ¿no? :D

Mola el estilo torpón y bonachón de esos animales. Diría que parecen más conversadores e inteligetnes que más de una persona a la que he conocido en mis años de vida.

En fin, ¡que no se mueran nunca!

SebaCar dijo...

yo me quedo con el oso, sera porque viviendo por estos lados he visto cientos de pingüinos y otras especies marinas patagonicas, pero nada parecido a ese walter...
Abrazo !

mami dijo...

ESPECTACULAR!!!!!!!!! LOS PINGUIS SIEMPRE GANAN POR SU TERNURA.
Pero hi te olvidaste de mencionar la fauna PERFUMO jajaja
Abrazos mil
mami

mazlov dijo...

Boludo! Excelentes los videitos!!
Y ahora tengo nueva técnica para caer bien a los locales: "en la ciudad de un amigo mío hay pingüinos!", jejejje.

Norberto dijo...

Muy bueno el relato y me atrevo a decir el retrato hablado que hacés de los pájaros bobos, que no son tan bobos, porque para pescar no necesitan equipo ni carnada...
nadan a una velocidad bajo el agua que es increíble...
Me alegra que, a través de ellos puedas ampliar tus relaciones sociales ¿quién diría que un pájaro que no puede volar, pueda hacerte alcanzar algo ¡QUE ES MUY FUERTE! (dedicado a Trini...).
Un abrazo para ambos.