miércoles, 4 de marzo de 2009

Volver a cruzar

Para mí "cruzar el charco" es ir a Argentina. Lo demás son viajes trasatlánticos, pero no es cruzar el charco.
En el primer cruce me moría de miedo. Del otro lado no me esperaba nadie en un país distinto en otro continente del hemisferio opuesto.
La segunda vez, unos 6 meses después, decidí que no había mejor lugar donde festejar mi cumpleaños que casa. Al mes vino la tercera. Lo cruzaba de nuevo hacia ese mismo país ya no tan distinto donde algún conocido se alegraría de volver a verme.
Hubo una cuarta, de nuevo dirección casa, con el cumple de mis dos viejos como una más que suficiente razón. La quinta fue un mes y ocho aviones más tarde. Volvía esta vez a un país muy parecido y ahora sí que me esperaba alguien con muchas ganas.
Hoy es mi sexta y hasta ahora la más importante de todas. Esta vez voy a convertirme en tío. Voy a ver cómo por primera vez desde hace casi veinte años mi familia se agranda para siempre. Si este tipo de cosas no merece un cruce, entonces qué... ¿no?
A la vuelta, en el séptimo cruce, afortunadamente no me va a estar esperando la persona que yo quisiera. No. Esta vez se estará bajando conmigo del avión.
A los de allá: hasta mañana. A los de acá: nos vemos a la vuelta. A Trini: hasta la semana que viene en un país distinto en otro continente del hemisferio opuesto... con gente y pingüinos que te esperan.