viernes, 19 de junio de 2009

Volando

"Me gané un SmartBox en el trabajo" dijo Trini hace varios meses. Yo automáticamente pensé en algo electrónico; algún primo hermano del iPod. Pero no, de hecho es más un libro que una caja. Un libro, sí, pero algo especial: es un catálogo con un cheque. De las opciones que ofrece se puede elegir la que más te guste y pagarla con el cheque. En definitiva, un SmartBox es un cheque en blanco para hacer cosas divertidas.



Trini eligió un vuelo en parapente para dos personas, y decidió compartirlo conmigo. Ya se lo agradecí personalmente pero aprovecho esta oportunidad para reiterarme: NO TE MUERAS NUNCA!!! Así que ese fue mi regalo de cumple, que celebramos juntos en Argentina: un fin de semana en un pueblito precioso de la Catalunya lejana, vuelo incluído.

Una de mis preguntas al llegar fue si empezábamos a volar antes del precipicio o si saltabas al vacío y era ahí cuando el bicho se inflaba y te salvaba la vida. La chica, tras una breve carcajada, me explicó que no había ningún precipicio, sino una ladera inclinada que se podía bajar caminando. "Ya empezamos bien", pensé, nada de saltos al vacío.

Entre nos, volví a jugarle a mi familia el viejo truco y Trini hizo lo propio con su mamá. Cada uno tuvo un confidente: ella su hermana, yo mi abuela. Y despegamos...


La sensación la describe ella mejor que yo: "es como estar en un columpio pero muy muy alto". Y es verdad. No vas colgado sino sentado en una cómoda sillita que te permite disfrutar como si te estuvieras balanceando en una hamaca. De hecho, no da nada de miedo. Es muy diferente al paracaídas, esto es absoluta paz y dura mucho más. Nosotros estuvimos media hora en el aire, pero nos dijeron que se podía estar indefinidamente si enganchabas suficientes corrientes calientes (suben). El instructor de ella le contó que su vuelo más largo había sido de ¡seis horas!.

Otra cosa curiosa es que cuando estábamos los dos en el aire a mí me daba la sensación de que Trini iba mucho más rápido que yo, y que todo el rato estaba dando vueltas alrededor mío. Al aterrizar me contó que a ella le pasaba lo mismo, pero con la diferencia de que se dió cuenta rápidamente que era una "ilusión óptica". Le preguntó a su monitor y el pibe le dijo que eso siempre él lo termina aclarando, porque sino la gente piensa "uuuuh, me tocó el aburrido".

En definitiva, la pasamos espectacular, y no sólo en el aire. Con los pies sobre la tierra comimos a más no poder, como sólo pasa en los pueblos.

Bueno, un abrazo para todos. Me despido con esta foto que me encanta. Podrían ser dos personas cualesquiera, pero no... somos ella y yo.

lunes, 8 de junio de 2009

Quiquino II

(
ACTUALIZACIÓN A POCO MÁS DE UN DÍA DE HABER EMPEZADO LA CAMPAÑA: Todo un éxito, señores. La figurita difícil, el que nos faltaba para completar la colección, acaba de dar la cara. Gere: el único manager que falta a la actuación más importante en la vida de su representado :P.
Gracias a todos los que inundaron las casillas de correo de los traidores para pedirles que den la cara. Serán gratificados con algún papel de extra en comerciales futuros. No se asusten, que a lo sumo se verá su silueta. Nada de primeros planos.

ACTUALIZACIÓN UNAS HORAS DESPUÉS DE HABER EMPEZADO LA CAMPAÑA: Señores, esto es de no creer. Menos de un día de campaña y ya tenemos
la contestación del mismísimo Pelado -bajo el pseudónimo de Factoria-. Vamos... que sólo nos queda el Gere.
)

Parece que la historia de Quiquino continúa. Esta vez de la mano de Pecho (ahora conocido como carlosguez), el segundo, después del Mariam, en dar la cara en la sección de comentarios acerca del nefasto episodio.
Además me envió por mail estas dos imágenes de cuya existencia yo no tenía constancia. Continuamos con la burla. Se ve que no tuvimos suficiente con ver al chapi durante meses en la pantalla del cine haciendo un trencito descontrolado, ¿no?

Ahora faltan sólo dos por dar la cara: Gere y el mismísimo Pelado. Les mandé un mail el mismo día que publiqué el texto dándoles la oportunidad de contar su versión. La única respuesta que recibí fue el silencio.
Convoco por primera vez en más de dos años y medio de historia de este blog a una campaña para conseguir los comentarios de estos dos escurridizos. Funcionará de la siguiente manera:
  1. Quien quiera participar me envía un mail a mí diciéndomelo (salvo que ya dispongan de las direcciones de estos desaparecidos). Mi dirección es la inicial de mi nombre seguida de mi apellido arroba gmail.com.
  2. Yo, como respuesta, les daré ambas dires, las del Pelado y Gere. Esto también será omitido si ya tienen forma de ponerse en contacto con esta gente.
  3. Ustedes le envían un mail a ellos (corto) diciéndoles que sus comentarios son una pieza fundamental para completar lo narrado en http://cristianperfumo.blogspot.com/2009/06/quiquino.html
  4. Y ya está... o conseguimos sus comentarios o... no quiero ni pensar lo que puede pasar.
  5. ¡COMENTARIO O MUERTE!

martes, 2 de junio de 2009

Quiquino

Creo que fue en el cumpleaños de Pecho, hace al menos 4 años. Todo comenzó con un comentario inocente del Pelado, que en ese entonces daba sus primeros pasos como cineasta.

-El miércoles que viene -dijo- tengo que filmar una publicidad de una pizzería. Necesito algunos extras.

-¿De qué se trata la publicidad? -preguntó alguno de los tres traidores,fingiendo sopesar la posibilidad de colaborar.

-Bueno, básicamente es una fiesta. Tenemos que dar la sensación de que está todo el mundo aburrido hasta que llegan las pizzas y la cerveza de Quiquino. Entonces todos se empiezan a divertir.

Me pareció que colaborar no me expondría demasiado. Mi razonamiento fue:
  1. Fiesta = oscuridad. Los extras están para hacer bulto, ni siquiera se podrán distinguir sus caras.
  2. Fiesta = mucha gente. Con un montón de personas bailando, los protagonistas se llevarán toda la atención y los de atrás, insisto, no seremos más que siluetas.
Como ya se irán imaginando, ninguno de los supuestos terminó cumpliéndose. De cualquier modo el error fue mio, no por aceptar la propuesta sino por confiar en esos tres perros sarnosos. Los cuatro dijimos al unísono esa noche la frase "Pelado, contá conmigo".

Cuando llegó el miércoles yo ya me había olvidado completamente. Sonó el teléfono de mi casa y atendí desprevenido.

-Chapi, -dijo el Pelado- ¿te paso a buscar en media hora y vamos a Rada Tilly a filmar el spot?

-Si, no hay problema. Pero no te preocupes que seguro que Gere va en su coche. Le digo que me pase a buscar y voy con él. De hecho también podemos recoger a Mariam y a Pecho.

La respuesta del Pelado fue devastadora. No me acuerdo las palabras textuales pero jamás me voy a olvidar de la mala pasada que me jugaron los otros "extras". Los mismos tres que aquella noche habían dado el sí junto a mí sin titubear, ese miércoles no podían asistir. Uno sufría una uña encarnada, el otro tenía mucho para estudiar y el tercero esgrimía alguna excusa de calibre similar.

Automáticamente pensé en borrarme.

-¿Sabés lo que pasa, Pelado? Es que hoy me levanté con un grano gigante en el medio de la frente. No lo veo muy estético.

-No pasa nada, loco. Si vas a hacer de extra -continuó mintiéndome-. Dale, no me falles como los otros.

Cuando todavía no me había terminado de duchar, el Pelado y su novia tocaban timbre en mi casa. Salí con la frente bien alta, con la esperanza que el grano (que era real) me dejara afuera de la filmación.

-Dale, subí que estamos llegando tarde -dijo el Pelado sin siquiera mirarme a la cara.

Habíamos hecho 10 de los 20 KM que teníamos por recorrer cuando el muy degenerado me dió la estocada final.

-Yo tengo la llave del lugar donde filmamos. En un ratito llega el resto de los actores. Son de la escuela de modelos.

-¿Cómo "el resto"? No era que yo iba de extra.

Éramos sólo tres personas en el coche. El pelado, además del productor, era uno de los cámaras. Su novia también tenía un papel "detrás de escena" que no recuerdo en este momento. En definitiva, decir el resto de los actores dejaba claro que a mí se me consideraba entre ellos. Lo había planeado todo el caradura. Incluso me llevó en un coche coupé para que no intentara abrir la puerta y tirarme.

-Actor... extra... da igual, Chapi. Son unas ocho personas en pantalla. No se te va casi ni a ver.

-¿Ocho personas? -pregunté al borde del infarto.

-Si. Sos vos y siete chicas y chicos de una agencia de modelos.

En ese momento me dí cuenta de lo profundo que había metido la pata al aceptar colaborar con el Pelado. Por más que yo fuera el que menos se vería de todos, ¡éramos sólo ocho personas!. Qué bien que habían hecho los traidores en borrarse de la faz de la tierra.

Aguanté estoicamente. Llegamos al lugar de grabación. Yo me imaginaba una discoteca o un bar, pero no... era un quincho, con ventanas que dejaban entrar la luz del sol por todos lados. Ya a esa altura daba todo igual, así que preferí ahorrarme otro comentario.

Al cabo de media hora llegaron "las chicas" de la agencia de modelos. Estaban todas más o menos buenas y lógicamente se empeñaban en distanciarse de mí, en no reconocerme como un actor más. Creo que se sentían espantadas al verme la frente. Una incluso llegó a preguntar "y los chicos cuándo vienen", excluyéndome explícitamente.

Cuando llegaron "los chicos" me dí cuenta de lo desubicado que estaba ahí. Mientras yo les mandaba mensajes punzantes a los tres desertores con mi flamante Motorola C115, "los chicos" utilizaban sus teléfonos para sacarse fotos con "las chicas". Yo siempre en un rincón, charlando con el Pelado.

Intenté resistirme por última vez, pero el Pelado me empujó suavemente, obligándome a codearme con las estrellas. Todos se miraron a las caras y medio se extrañaron al darse cuenta de que mi papel estaba enfrente de las cámaras y no detrás.

Actué. Actué como si fuera uno más. Al principio un poco tenso, pero después liberado. El Pelado daba órdenes. Decía cosas como "bueno, ahora estamos todos aburridos" o "a bailar... a bailar, chicos".

El clímax llegó de la mano de un "ahora hacemos un trencito, que nos estamos divirtiendo un montón". Una de las modelos que me había estado mirando toda la grabación con cara de "a este no lo toco ni con una caña de pescar", me agarra de la cintura, nombrándome oficialmente locomotora.

Mientras lideraba el tren agitando los brazos, me inundaba de sentimientos encontrados. Por una parte sabía que mi manera descoordinada de bailar llamaría la atención, convirtiéndome casi en protagonista. Por otro lado, me regocijaba de que la chica hubiera elegido mi cintura y no la de cualquier otro. Fue sentir el triunfo proletario sobre la burguesía al tiempo que me juraba retirarme del mundo cinematográfico.

En ninguno de los 29 segundos de video se me ve la frente. Lo pasaron durante varios meses en el cine de Comodoro, antes de las pelis. Creo que no llegué a la pantalla chica, aunque no estoy seguro. De cualquier modo, fue suficiente para que mis compañeros, alumnos y amigos me hicieran la típica pregunta.

-¿Vos sos el de la publicidad de Quiquino?



Pasaron cuatro años hasta que pude hacerme con la grabación sin levantar sospechas. Bastaron un par de mails para que uno de los traidores se contactara con el mismísimo Pelado, y éste me la entregara con la excusa de poner un texto "divertido" en mi blog.

Pelado, Pecho, Mariam y Gere: para mí esto no fue un carajo divertido. Cada vez que tuve que hablar de este episodio lo hice con los dientes apretados, simulando una sonrisa. Hasta hoy. Cuatro años esperé, porque la venganza es un plato que se sirve frío. Pero ya no me voy a aguantar ni un segundo más. Hoy grito a los cuatro vientos: son un cuarteto de hijos de puta.