domingo, 8 de agosto de 2010

Tres predicciones para cuando sea viejo

Mi papá siempre me cuenta que cuando era chico, la casa de su vecino se veía invadida de gente de todo el barrio para ver la única tele en vaya uno a saber cuántas manzanas a la redonda. ¡Y él tiene sólo 23 años más que yo! Como esa, estoy seguro de que cada uno de nosotros puede recordar anécdotas de nuestros padres o abuelos que hoy por hoy nos parecen increíbles.
Es lógico entonces preguntarse qué cosas diremos nosotros a nuestros hijos respecto a cuánto han cambiado las costumbres, en gran parte gracias o por culpa del avance de la ciencia. Les contaremos historias que les sonarán como de otro mundo, como de película antigua. Algunas ya son un hecho "los teléfonos celulares no existían" o "no había Internet y una enciclopedia pesaba casi como una persona".
Sin embargo, existen tres cosas que todavía no se han extinguido y para mí tienen los días contados:
  1. Tirar la cadena con agua potable: No me puedo creer que estemos en el siglo XXI y sigamos tirando cientos de litros por persona por semana de agua cristalina y potable al inodoro. ¿Tan difícil es juntar el agua de lluvia y que sea ésta la que tiamos a la cloaca? Y si la lluvia no es abundante, ¿no podemos usar agua de mar?.
  2. Los discos rígidos (duros, en España) dejarán de dar vueltas: Ésta es sin duda viene de una deformación profesional, pero lo tenía que decir. Señora, el lugar donde se almacenan todas esas películas que usted se baja por internet se llama disco rígido. Tanto para guardar información como para leerla, ese bichito da vueltas, de forma muy similar a un tocadiscos. ¿Vió alguna vez esos llaveritos que sus hijos o nietos enchufan a la compu para intercambiar datos? Sí, efectivamente, ellos los llaman pendrives. Bueno, uno así pero más grande reemplazará a su disco duro en pocos años.
  3. La plancha: Esta es realmente para avergonzarnos de la sociedad en la que vivimos. Resulta que podemos enviar gente a la luna desde hace cuarenta años pero todavía no inventamos una tela que se sienta como el algodón, sea igual de barata pero no se arrugue. Tenemos la cabeza abierta para permitir matrimonios gay pero todavía miramos raro al que se pone un vaquero todo arrugado. Han estado de moda los pantalones manchados, rotos, cortados, gastados y desteñidos pero nunca jamás arrugados. Plancha, vas camino a la extinción. Lo único que no tengo todavía claro es si te desbancará la ciencia o las nuevas tendencias.
Para despedirme, quiero dejar claro de que sé que, estrictamente hablando, mis profecías no son tales, ya que ya existen edificios con doble circuito de agua (uno potable y otro no), compus sin partes móviles (algunas netbooks) o gente que no plancha la ropa (Trini y yo). Sin embargo, cuando hablo de predicción me refiero a que estas cosas se conviertan en la norma y no en la excepción.