Hay muchas maneras de comenzar un post como este. Habiendo vuelto a mi país después de 6 meses todo, absolutamente, deslumbra de una manera original: hasta ahora sólo sabía del deslumbramiento que producen las cosas nuevas, lo desconocido. Ahora, me dí cuenta que también deslumbra el reencuentro, el revivir momentos que uno se los conoce de memoria.
Podría empezar comentando lo bien que la pasamos en mi fiesta de cumpleaños, de la cantidad de amigos de Comodoro que vinieron, del recital increíble de tres horas que dió el Oso, del Bati y Yo siendo grupo soporte y del increíble MONCHO!!! (no conocer alguna de las cosas que enumero es infalible descriptor de no haber estado).
Sin embargo, para respetar el orden cronológico de las cosas necesito contar antes que nada la anécdota de la camiseta. Ahí vamos:
Argentina me recibió con algunas sorpresas porque no sólo mi tía Marita me estaba esperando en Ezeiza sino también mi abuelo Aníbal y mi tía Liliana (paternos ambos). Marita me llevó a lo de mi abuelo y me pasó a buscar dos horas más tarde para ir a una parrila a comer un asado con José, su novio, y mi primo Caco.
Antes de ir al aeropuerto para tomar el avión a Comodoro pasamos por el corralón de José a hacer otros matecitos y al llegar lo veo a Chicho (su hijo de mi edad más o menos) con una camiseta de Argentina que tenía una particularidad que me llamó muchísimo la atención. Le hago unas preguntas y comentarios acerca de eso y me las responde muy naturalmente, cosa que me sorprendió bastante y después seguimos charlando un poco de mi estadía en Barcelona y de sus cosas. A la hora de irme lo saludo así como a José y salgo del corralón, pero me alcanza cuando me estoy subiendo a la camioneta.
Diálogo:En ese momento no sabía qué hacer, si abrazarlo o qué. La "particularidad" de la camiseta es que tenía la firma de todos los jugadores de la selección. Resulta que Chicho y Caco habían ido al predio de la AFA en Ezeiza antes de que los jugadores se vayan al mundial de Alemania y le habían pedido la firma a todos, o casi todos.
CHICHO: "¿Cuándo volvés a Argentina otra vez?"
YO: "Ni idea,
¿por?"
C: "¿Y vos qué tenés para mostrar allá que sos argentino?"
Y:
"hmmmm, ¿El acento?"
C: (Se cruza los brazos sobre la panza y mientras se
saca la camiseta) "Tomá, te la presto y la próxima vez que vengas me la
devolvés"
Y: "Naaaaaaaaaaaa"
C: "Claro!"
Realmente no sé qué se le pasó a Chicho por la cabeza para darme eso porque yo si tuviera algo parecido lo meto en una caja de seguridad o algo así. No sé... encima era la segunda vez en la vida que me veía. Concluyo que el pibe es un pedazo de pan o debe ser cruza con extraterrestre.
Desde acá, Chicho: GRACIAAAAAAASSSS!!! SOS UN CAPO!!! QUÉ ALEGRÍA LA PUTA MADRE!!! (perdón, me exalté).
Algo que se me acaba de venir a la mente: este mostro debe haber visto el mundial con esa camiseta puesta, la debe haber besado seis veces cuando le ganamos a Serbia y Montenegro, se debe haber abrazado con su gente con el golazo de Maxi Rodríguez y golpeado con el puño en el lugar donde está su firma. Y obviamente en el partido contra Alemania, la celeste y blanca debe haber recibido besos, golpes y finalmente lágrimas cuando nos quedamos afuera.
Bueno, antes de irme, algunos comentarios de cuando conté la anécdota:
"Si fuese mía no se la regalo ni a mi vieja"
"Encima te pasa a vos que no te gusta tanto el fútbol!"
Quélevachaché.
Abrazo DE GOL DE LA SELECCIÓN!
